sábado, 4 de julio de 2009

Desempleo persistente

Gran parte del descenso del paro registrado en junio, que fue de 55.250 personas, se debe a los efectos del llamado Plan E o de Inversión Municipalizada, que ha conseguido crear hasta el momento 391.000 puestos de trabajo. No pocos economistas han denunciado esta efectividad del plan del Gobierno como si fuera algo reprochable porque no crea empleo estable en mercados tecnológicamente avanzados. Pero no lo es. El Plan E fue concebido como una medida de choque contra el imparable crecimiento del paro causado por la recesión. Hasta el momento está cumpliendo su función. Dicho lo cual, hay que esperar que otras medidas del Gobierno surtan efecto para crear empleo estable en actividades con valor añadido.

El descenso del paro registrado por segundo mes consecutivo es una buena noticia estadística, pero poco más. Quien quiera ver en los datos del Instituto Nacional de Empleo (Inem) una confirmación de los brotes verdes o un signo de recuperación cometerá un error. Son las cuentas de la encuesta de población activa (EPA) las que nos darán una versión más acertada y homologable del mercado laboral. Además, no están garantizados nuevos descensos del paro, porque no hay razón para que se repitan nuevos impulsos a la contratación en el sector servicios después del inicio de la temporada turística y porque en septiembre suelen ejecutarse las decisiones de ajustes de plantilla.

La economía española está tocando fondo, pero la cuestión es durante cuanto tiempo permanecerá en ese fondo. Probablemente, durante no menos de los próximos dos trimestres más otros tres de lenta y penosa recuperación. Es muy probable que en 2010 se alcance la tasa del 19% de desempleo. Tal predicción implica costes sociales muy elevados y un déficit público que se aproximará el año que viene al 10% del PIB.

De esta mala situación de fondo en el mercado laboral se deduce la urgencia de un acuerdo sólido y, si se puede, rápido, en la mesa del diálogo social entre el Gobierno, los sindicatos y la patronal para tomar decisiones que dinamicen la contratación. Como el recorte de las cotizaciones sociales, puesto que la tributación española sobre el trabajo es de las más elevadas de Europa. Pero la negociación se ha frustrado por el momento. Un acuerdo mínimo que estimule la contratación y contribuya a proteger a los desempleados sin subsidio aliviaría mucho la crisis laboral.

Editorial. El País (04.07.2009)

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